From Bolivia’s Highlands
I lived in Bolivia from 2013 to 2017. It was the seventh country I lived in, and just like the other countries where I had lived before, it was not a transient stay. In La Paz, we built a home with my family.
How to create visual work within a culture that was both ancient and foreign to me? Possibly, through a shared ancestral heritage. Forty-seven percent of my genetic ethnicity traces back to the Andes and Mesoamerica (according to DNA estimates from MyHeritage, 2023), facilitating connections with Aymara families, predominantly women, living in Bolivia’s highlands and rural towns near La Paz. We communicated in Spanish because I did not speak Aymara, the native language of many of these women, except for the younger generation.
“Del Altiplano” comprises a series of photographic portraits of Aymara women of various age groups. The Aymara woman exists within a multiethnic country where her cultural identity coexists alongside others; a nation where cultural differences do not coalesce, but rather “interact in an antagonistic or complementary manner”, to quote Bolivian sociologist Silvia Rivera Cusicanqui.
These reflections on domesticity tell a story about the lives of these women seen from the places they live and the most intimate spaces they occupy: their kitchens, their bedrooms, and their living rooms.
Del Altiplano
Viví en Bolivia desde el 2013 hasta el 2017. Fue mi séptimo país de residencia, y al igual que en los anteriores, no fue simplemente un lugar de paso. En La Paz construímos un hogar con mi familia.
¿Cómo llevar a cabo trabajo visual en un país con una cultura milenaria en donde no había nacido? Posiblemente, a través de una herencia ancestral compartida—47% de mi origen étnico proviene de los Andes y Mesoamérica (de acuerdo con estimaciones de ADN de MyHeritage, 2023)—lo cual facilitó conectarme con familias aymaras del altiplano, principalmente con las mujeres. Ellas y yo nos comunicábamos en español, ya que yo no hablaba aymara, el idioma principal de la mayoría de estas mujeres, excepto las más jóvenes.
“Del Altiplano” es una serie de retratos fotográficos de mujeres aymaras que pertenecen a diversos grupos de edad y que viven en el altiplano boliviano y en zonas rurales cerca de La Paz. La mujer aymara vive en un país multiétnico donde su propia cultura coexiste con otras; un país donde las diferencias culturales no se funden, sino que “interactúan de manera antagonista o complementaria”, tal como lo afirma la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui.
Estas reflexiones sobre lo doméstico narran una historia sobre la vida de estas mujeres vista a través de los lugares que habitan y los espacios más íntimos que ellas ocupan: sus dormitorios, sus cocinas y sus salas de estar.